Un círculo de mujeres es un espacio consagrado al encuentro entre nosotras. En este espacio nuestra mirada gira hacia dentro para poder conectar con lo que realmente estamos sintiendo y lo que necesitamos, y desde ahí poder acoger lo que percibimos del resto de mujeres que están conmigo.
Podemos compartir temas que nos interesan, charlar, meditar, utilizar formas de expresión como el canto o la danza, siempre con absoluto respeto al momento vital de cada una, a lo que cada una quiera expresar o callar, compartir o guardar.
No es una sesión ni un grupo regular. Se suele celebrar una tarde dentro de un fin de semana, una tarde que nos regalamos para re-descubrir los maravillosos y genuinos valores de la feminidad, que es necesario volver a revivir y a reconocer en nosotras y entre nosotras.
Pueden acudir mujeres y niñas de todas las edades. Por el simple hecho de sentarnos en círculo, a la misma altura, todas las voces y las historias de cada persona tienen importancia.
Con la velocidad de nuestra sociedad y nuestra mirada casi permanentemente hacia fuera, es un bálsamo encontrar un espacio cálido en donde poder escucharnos a nosotras mismas y a la vez escuchar a lo que se mueve dentro de las demás. Muchas veces acudimos a un círculo en un momento de transición y cambios, cuando se despierta el anhelo de una conexión más profunda y autentica con una misma y con la vida. La propia forma del círculo acompaña ese viaje de introspección, a la vez que nos permite sentir la fuerza y el apoyo del grupo.