Nunca supimos dónde nos metíamos realmente… aunque intentáramos imaginarlo.
Y después de que un día nos graduáramos como madres, nos vimos inmersas en un mar desordenado, caótico, en el que había que aprender a ratos a nadar,a ratos a bucear, y a veces sencillamente a mantenerse a flote. Muchas cosas se tornaron grandes, enoooorrrmeeess: el corazón se expandió por momentos cuando vimos a nuestro bebé frente a nosotras, fue una grandeza descubrir cómo esa criatura crecía día a día, asombrarnos con su risa, agotarnos con su llanto… nuestro cuerpo también se agrandó y se hizo más blandito, como nuestra mirada… a veces la maternidad trajo grandes discusiones con nuestra pareja, y grandes enfados con nuestros hijos, y con nosotras mismas. Porque la maternidad siempre nos sobrepasa en algún momento. Porque es un acontecimiento a la vez tan natural y tan brutal que igual nos puede devolver al juego y a la ternura como puede sacarnos lo más oscuro y feo que habita en nosotras.
Es una carrera para cuyos exámenes no estudiamos con antelación, llegan por sorpresa. Una montaña rusa en la que nos puede dar la risa, envolver la emoción, podemos difrutar sin más, nos puede dar miedo en las subidas o vértigo en las bajadas. Algunas madres viajamos con compañía, otras viajan solas.
MADRE es sinónimo de VALOR. Hoy es un día para reconocer, honrar, hacer regalos y abrazar a todas las mujeres que decidieron ser, fueron y son madres, que se zambulleron en las grandezas y enormidades de una experiencia transformadora tan natural como arrolladora.
FELICIDADES MAMÁS!!!!!