Hace unas entradas, habéis podido comprobar que iniciamos un círculo de hombres, que es una reunión quincenal en la que un grupo de hombres nos juntamos para compartir pensamientos, sensaciones, dudas, intereses y afrontarlos desde un punto de vista masculino.
Pues el primer día surgió una sorpresa muy interesante: resulta que en el mismo centro Sentido y Esencia está reuniéndose una tribu de mamás, en la que participan algunas de nuestras parejas. De ellas surgió una pregunta que como mujeres preguntaban a los hombres. Os pongo aquí su pregunta y nuestra respuesta:
Pregunta: ¿Por qué cuando os pedimos que pidáis algo a algún miembro de vuestra familia, normalmente madre (o hermanas), escurrís el bulto y os escaqueáis, o si lo hacéis, es de forma tan suave que pasa desapercibida la petición y no sirve para nada?
Respuesta:
Hola, tribu de mamás.
Nos ha llegado vuestra pregunta directamente en nuestra primera reunión, y nos ha encantado esta vía que se abre de comunicación y de propuestas de temas a trabajar, sobre todo porque a nosotros nos permite plantearnos las cosas en un entorno masculino y podemos responderos por escrito, que siempre nos parece una forma más serena. Suponemos que para vosotras también será algo equivalente y también os haremos alguna pregunta.
Deciros que no hemos entrado en la pregunta a fondo porque era la primera reunión y salían muchas cosas, y desde luego no nos hemos revisado y/o sanado a fondo. Pero sí hemos hecho ya una aproximación… y os la vamos contando.
En primer lugar, (y comentado también con más hombres), la sola mención de la situación que proponéis ya nos pone en guardia, nos tensiona, nos pone alerta e incluso, en palabras textuales de alguno, “nos da pavor”, ¿por qué? Porque vemos que es una confrontación entre dos mujeres que tratan de defender sus posiciones. Es como una confrontación ancestral femenina por la defensa del hogar actual frente al antiguo, que nos trae siglos de recuerdos poco agradables.
Además sentimos que hagamos lo que hagamos, nunca conseguiremos una satisfacción plena para todos y además normalmente saldremos nosotros perdiendo algo, trasquilados vaya.
Analizando la cuestión un poco más a fondo nos damos cuenta de que hay diferentes factores que influyen, por ejemplo las formas y actitudes que utilizan ambas partes femeninas, como son:
• Por parte de la pareja: el intento de manipulación, malas respuestas, malas caras, etc. que suelen irse haciendo más vehementes/reclamantes si no consigue lo que desea, y esto se empeora si considera que no estamos haciendo lo suficiente y/o no se siente apoyada.
• El chantaje emocional, manipulación, etc por parte de la familia que nos lleva a nuestro límite emocional, al borde del bloqueo.
Esto nos da una sensación de ser marionetas que nos deja fuera de juego, dolidos y sin capacidad de manejar las emociones que nos provoca el que las mujeres de nuestra vida tiren de nosotros cada una en una dirección: esto nos rompe, nos descoloca y no sabemos qué hacer ni con la situación, ni con nosotros mismos y por eso solemos intentar huir, escondernos y esperar a que escampe solo. (Este es un tema que lo trabajaremos en el círculo, tranquilas).
Tenemos claro que deseamos apoyar a nuestra pareja, pues es nuestra vida actual. ¿Por qué no lo conseguimos o no somos efectivos? Aquí nos damos cuenta de que muchas veces nuestro vínculo con la madre no es muy sano: aún tenemos el cordón umbilical enganchado y no hemos sido capaces de romperlo, es un vínculo que a veces tiene cosas obsoletas e inservibles. Esto se suele dar:
- Por educación de las mismas madres y de la sociedad que hemos vivido: “a la madre se le respeta siempre” entendido como “a la madre (y al padre) se le obedece y a callar todos”. Esto es obsoleto.
- También por la manipulación (chantaje) emocional de la propia madre (mujer también). Esto es inservible, y
- A la falta de decisión y posicionamiento por nuestra parte (esto lo trabajaremos en el círculo también, por supuesto) que nos impide permitir que el hijo “muera” y nazca el marido/pareja en el momento adecuado.
En resumen sí vemos que hay cosas que arreglar por nuestra parte, esperamos ampliar nuestra consciencia para que a todos nos beneficie. De eso va éste círculo de hombres.
Muchos besos compañeras-madres.
Nacho.