A estas alturas del verano somos muchos los padres que estamos con la cabeza metida en el curso que viene y en el cole de nuestros niños. Ropa, calzado, material escolar, reuniones con el tutor… Vamos entrando de nuevo en nuestro ritmo cotidiano y rápido, en mil y una cosas que hacer, cosas que incluyen a nuestros hijos porque nuestra vida, en general, gira en torno a ellos. Y está muy bien, así lo elegimos y a ello dedicamos gran parte de nuestro tiempo.
Pero quedan otras zonas que atender a las que les podemos ir otorgando más o menos espacio dependiendo del momento personal y de la edad de nuestros retoños. Zonas para nuestro disfrute individual, para retomar nuestro centro, zonas para reciclarnos, para re-conocernos. Lo hacemos tomando un tiempo para estar solos, apuntándonos a alguna actividad que nos llene, quedando con nuestros amigos…
Durante los últimos meses mi marido y yo hemos dedicado tiempos a retomar nuestra relación de pareja, a continuarla y a darle nuevas claves después de dos años en los que hemos tenido esta parte de nuestra vida algo relegada, mientras nos dedicábamos a criar a nuestros niños.
Ahora vamos encontrando momentos «verdaderos» para nosotros, eso ha hecho que hayamos tenido que «discutir» para entendernos de nuevo como pareja, descubrir las cosas que han cambiado y las que continúan. Para eso observamos el modo que tenemos de comunicación verbal y no verbal, la comunicación sexual, qué es lo que no nos gusta de todo esto y qué echamos en falta, y lo intentamos hablar sin reproches, desde la calma del corazón, porque nos queremos… Poco a poco, sin prisa y en el día a día. Comenzamos así a reescribir nuestra relación, algo que, creo yo, no tiene por qué acabar nunca… porque todos pasamos por etapas más estáticas, otras más dinámicas, y siempre hay momentos de cambio. Y esto afecta directamente a las personas con las que compartimos nuestra vida.
Los padres y las madres no tenemos una tarea fácil con nuestros hijos, es un camino de rosas con muchas espinas en el que nos dejamos la piel, a veces vamos más seguros, otras vamos a tientas y acabamos muy cansados. Hoy me gustaría dejar entrar al amor de pareja en el blog. Para no olvidar, entre las mil y una cosas que se nos presentan por hacer, hacerle hueco a este Amor que también nos hace sonreír de pronto y nos impulsa a continuar con la aventura de nuestra vida.